Buen día nos dé Dios.
En muchas ocasiones me acuerdo de la oración de San Francisco y hoy me quiero detener en la parte que nos dice que "...no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar, comprendido como en comprender, en ser amado como en Amar..."
Resumiendo: Tenemos olvidarnos de nosotros y fijarnos más en los demás.
Siempre estamos pendientes en lo que nos hacen los demás a nosotros, nos autoflagelamos porque creemos que no somos merecedores de afrentas y feos que pensamos que nos hacen.
Miramos continuamente la "paja en el ojo ajeno" porque la viga que tenemos en el nuestro nos desvirtúa la percepción de la realidad.
Si en vez de estar tan pendientes en "yo mimé conmigo" nos fijáramos en los que están a nuestro lado, con nosotros, en los demás cambiaría mucho nuestro comportamiento pues dejaríamos de lado el malsano orgullo y volcariamos nuestro corazón en ser uno para todos porque en el desprendimiento y la entrega se encuentra la felicidad.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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