Buen día nos dé Dios.
Hasta que no lo comprobamos no somos conscientes ni sabedores de lo vital y esencial que es ser sencillo y mansos de corazón y condición.
Hace tiempo que he bebido en la fuente de lo sencillo que es en verdad lo humano y ahora no me separo de ese manantial que ofrece y da felicidad a quienes beben de sus cristalinas aguas.
Sé y conozco lo que son los privilegios, las rimbombancias, el estar invitados en todo los sitios, ocupar lugares preferentes...
Sé y conozco cuanta mentira se cuece tras la tramoya de la petulancia y cuanta verdad en la mirada diáfana de los que viven en la sencillez alejados de inútiles tonterías.
Por este camino de madurez que voy transitando sin prisas ni pausas valoro tanto lo sencillo, lo humano, lo que es auténtico y de verdad.
Por eso me siento tan cómodo, en Casa, en Villaluenga del Rosario donde eres querido por ser quién eres y no lo que eres.
Jesús nos quiere mansos y humildes de corazón, también de condición, porque siendo así disfrutamos de ese amanecer único, el sonido del lejano riachuelo, de los ojos sonrientes de un niño o la historia contada por un abuelo...
Sí, prefiero mil veces ser una persona de distancias cortas a los honores que poco a poco nos alejan de la realidad, de los demás y nos hacen vivir en un mundo tan encorsetado donde "tanto tienes, tanto vales".
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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