domingo, 15 de noviembre de 2015

15 de noviembre.



Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
El otro día sentado muy cerca de la derruida ermita del Calvario en Grazalema sentí mucha paz con tintes de melancolía pues mientras observaba con mirada abstraída pensé cuanta fe tenían depositadas esas viejas paredes.
¿Cuantas personas habrían rezado dentro de ella? ¿Comulgado? ¿Se habrían encontrado con Dios?
El lugar, la verdad sea dicha, es un lugar de fe al cual tienes que subir con grandes dosis de ella pues el camino es algo dificultoso.
A mediados del pasado siglo se abandonó del culto y de todo y ahora aparece como una sobreviviente a los años, las inclemencias y sobre todo el abandono.
Esas viejas paredes sometidas a los rigores de todo nos ofrecen el mensaje más claro y potente de que tenemos que ser fuertes en la fe porque son muchos los mensajes e incluso personas que nos pueden engañar y hacer tambalear nuestra fe si esta misma no está alimentada todos los días con la luz de la Eucaristía, con el poder de la oración, con el salvoconducto del servicio a los demás.
Seamos piedra firme que se mantenga en pie a pesar de los años, de las inclemencias, ataques, olvidos y vivamos nuestra fe como lo más importante que tenemos que hacer en nuestra vida pues por mucho que nos encontremos abandonados siempre estará Dios con nosotros y ya sabemos que con Él nada nos falta, nada necesitamos.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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