viernes, 13 de noviembre de 2015

13 de noviembre.




Buen día nos de Dios.
Después de muchas vivencias comprimidas a lo largo de tan solo 24 horas hoy anhelo descanso, quietud, tranquilidad.
Todo tiene su medida, su orden porque además es necesario. No podemos estar permanentemente sentados, eso cansa, o no parar, que también agota, sino que hay que buscar un necesario equilibrio.
Y a nosotros lo que nos pasa que "eso" del equilibrio no se nos da muy bien. O somos muy impetuosos o demasiados tranquilos. Decían nuestros mayores que en el término medio siempre está la virtud.
Afrontemos nuestras responsabilidades, obligaciones, con entrega y vocación de servicio aunque también sepamos echar el freno en el momento adecuado porque si nos agotamos en el primer envite le estaremos un flaco favor a la misión encomendada.
Debemos acostumbrarnos que parar de vez en cuando no solo es necesario sino también imprescindible. El que se para y se separa ve las cosas con objetividad.
Sólo en nuestra entrega a Dios debemos volcarnos en cuerpo y alma sin lugar a descanso pues Él sabe sacar siempre cosas buenas aunque nosotros estemos literalmente agotados. Nadie como el Señor para sacar agua fresca de una fuente seca.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo

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