Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
En este primer domingo de Adviento quiero escribir solo y para nuestra Madre y Patrona la Virgen del Rosario.
Esta es la imagen que todos los días llevo en mi mente y alma cuando rezo, cuando oro ante el Señor, cuando tengo alguna complicación o cuando me viene alguna alegría. Sí, la imagen de la Santísima Virgen del Rosario son las velas de mi particular barco pues el timón lo lleva Jesús que es el Fruto Bendito de Su Vientre.
En esta imagen donde queda reflejada su majestuosa sencillez he posado mis ojos y también mi vivir.
Admiro Rosario que sencilla humildad, tu estar siempre al lado de tus hijos donde nos cobijas bajo tu manto.
A Ti, no te hacen falta artistas que edulcoren Tu Presencia porque Eres Todo y más. Tú no eres de grandes bordados y mejores lujos pues siendo Patrona de un pueblo como Villaluenga del Rosario la sencillez, la humildad se dan la mano. Y Tu, Madre no puedes ser más que esos hijos tuyos que trabajan de sol a sol.
Eres Madre de la Sencillez, Amable, Generosa, Hospitalaria y de todos y cada uno de nosotros.
Muchas veces nos enredamos y no vemos que tu Grandeza está en lo que eres, representas así como ese inmenso caudal devocional y de fe que te tiene todo un pueblo, todos los hijos de aquí que vivan en este privilegiado lugar o esté por esos mundos de Dios.
En Ti encontramos nuestro descanso, merecido o no, nuestra paz, alegría y con tu ayuda caminamos por esa verea que nos haga trasponer algún día hacia la santidad.
Madre del Rosario, tan sencilla, tan nuestra y tan majestuosa a la vez, vela y ruega por nosotros que en demasiadas ocasiones nos perdemos del sendero porque caminamos sin pensar.
¡Te Amo Madre! ¡Te quiero Rosario!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Esta reflexión se la quiero dedicar a todos los hijos de mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario.
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