Buen día nos dé Dios.
¡Aquí estoy Señor para hacer Tu Voluntad!
Y yo me pregunto y te pregunto: ¿Es verdad?
¿Somos capaces de hacer la voluntad de Dios sea cual sea? ¿Somos capaces de asumir sus designios para con nosotros? ¿Somos capaces de comprender la grandeza de sus decisiones hacia nuestras vidas? ¿Somos capaces de ver su inconmensurable Amor aún en el dolor, la humillación, la persecución, la ignominia que podamos ser víctimas?
Si somos capaces de asumir su Voluntad también lo seremos de comprender que todo el itinerario de nuestra vida está marcado para lograr nuestra santificación y esta se logra más desde la expiación, de saber ver a Dios en los momentos de dolor, de padecimiento, de enfermedad, de postración así como en esos momentos en el que seamos perseguidos, de cualquier manera, por su causa. El camino de santificación no es fácil pues hay más cuestas empinadas de las que nos imaginamos, nos encontraremos más piedras en el camino, más tentaciones que se nos ofrecerán para comprarnos por siempre, nos intentarán dar esa falsa vanagloria que lleva a la hipotecada alabanza que hace creernos mejor sobre todo.
Pero si sabes superarte cada día, no caer en las miles de tentaciones que se nos presentan, si somos capaces de aligerar las alforjas de lo inncesario, seguimos caminando sin prisa ni pausa porque el tiempo en verdad no nos corresponde, si somos capaces de poner en manos del Señor, aceptar lo que tiene dispuesto con mansedumbre y humildad como lo mejor para nosotros, entonces estaremos preparados, y siempre con Su ayuda, para hacer la voluntad de Dios que ya os digo no es ni por asomo la de los hombres que miran, piensan, sienten, como "hombres"...
El camino es tan largo o corto que Él disponga, el alimento que nos hará sobrevivir lo tenemos en la Eucaristía, el mapa se nos descubre en el Evangelio, y el descanso, inmensamente necesario, en la oración.
¡Ánimo, que todos podemos hacer según la Voluntad del Padre! Sí, todos sin excepción.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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