Buen lunes nos dé Dios.
En una conversación mantenida hemos llegado a la conclusión que tener tantos frentes abiertos hace que el cuerpo y la mente se resienta y de ahí que muchas veces no demos pies con bola.
¡Es tan cierto como estamos en estos momentos aquí!
Pero los que somos personas refleximas que nos gusta pensar, que en muchas ocasiones se vuelve una necesidad, es muy difícil dejar la mente en blanco, abstraerse de todo y de todos y lanzar la mente sobre las olas de la mar. Personalmente os digo que no podría hacerlo así de forma tan drástica.
Eso sí, todos tenemos que buscarnos un hueco para meditar, para reflexionar, en silencio y si puede ser en soledad. Meditar ante el Sagrario es desnudarte ante Jesús, una vez conseguido sientes una paz y una tranquilidad muy grande. Pero también puedes meditar en tu casa si sabes coger el momento adecuado, dando un paseo por medio de la campiña, de la montaña o orilleando el mar. En estos últimos lugares la mirada de tus propios pensamientos termina donde se encuentra tu horizonte. Ahí está Dios y ahí estás tú en medio la inmensidad de la naturaleza que ha sido creada por Dios para todos y cada uno de nosotros.
Sí, en esos momentos, no podría deciros si minutos o segundos, la mente divaga en la paz y tu corazón fluye hacia el más que necesario sosiego.
Pero para eso hay que tener una cierta predisposición, hay que saber dejar aparcados los problemas, las obligaciones, los frentes, y saber ponerte ante Dios para conocerte, aunque lo temas, a ti mismo al 100%.
¡Feliz lunes y semana!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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