Buen día nos dé Dios.
En estos tiempos convulsos, en estos tiempos tan crispados, en estos tiempos que todos parecemos tener los nervios a flor de piel, en estos tiempos que si en la calles reales todos parecemos malhumorados si hablamos de las digitales ni os cuento....
Hay muchos temas de "discusión" y también para "discutir" pero la política se lleva la palma. Todos son posicionamientos extremos por uno u otro lado, todos meten miedo a su manera, todos defienden su abanderamiento con causa, todos se posicionan para defender o criticar al contrario como si un campo de batalla fuese donde las personas más moderadas en pensamiento o en su estilo de vida no tienen cabida en ningún lado.
Todos más o menos caemos en la trampa de esa gran falsa que es en verdad el "juego" de la política que parece que ninguno se puede ver, que si pudiera lo aniquilaba, pero después cuando acaba la sesión y se apagan las cámaras se van a comer juntos como si nada hubiera pasado y lo veo bien, no os vayáis a creer, que esto suceda porque entra dentro de la normalidad. Lo que os estoy refiriendo es una realidad que he tenido la oportunidad de verlo y presenciarlo hace ya algunos años con mis propios ojos.
Y mientras eso sucede los demás hijos de vecinos poniéndose a parir unos a otros sin importar si algún día fueron amigos.
Por eso, a estas alturas de mi vida, no voy a perder a mi verdaderos amigos por "culpa" de la política, por dimes y diretes innecesarios, por pensar diametralmente diferente a mí, no lo voy hacer ni tampoco a consentir porque en verdad la política, tal y como la entendemos, no tiene suficiente peso en mi vida para zaherir mis más profundos sentimientos porque lo que hoy dicen que es bueno mañana no lo es, porque los que hoy se ponen vestidos de limpio, mañana están tomándose un café...
Os aconsejo que no perdáis amigos por culpa de la política porque no vale la pena...
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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