Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hay momentos en los que hay que "echar el freno", pararte, mirar, reflexionar...
Hay momentos en los que son necesarios esos minutos de necesaria meditación, de descansar el cuerpo que no tanto la mente, de saborear tanto como Dios te ofrece a diario y que con las prisas y tantas ocupaciones ni nos damos cuenta.
Hay momentos en los que vale la pena detenerte para proseguir más adelante con nuevos bríos por nuestro particular camino de la vida.
Hay momentos que tienes que tener una visión más amplia, más global fijándote en todo y no tanto en los pequeños detalles.
Porque así con cierta perspectiva puedes saber lo que tienes que hacer y también cómo hacerlo mientras nos ponemos en manos del Señor que es el mejor báculo y necesario apoyo.
Porque así puedes dar gracias a todos los que te han acompañado así como los que siguen haciéndolo porque estén o no hay que ofrecer nuestra gratitud de todo corazón porque hemos aprendido y convivido en tanto que no es justo el tener rencor o ira sino gratitud y más gratitud.
Soy de los que glorío en cada instante, cada detalle, cada rincón de este bendito pueblo aunque también me gusta alejarme y verlo con perspectiva, desde la altura o lejanía porque así comprendo y entiendo el por qué me tiene rendidamente entregado, el por qué disfruto con cada instante, detalle, punto y coma y el por qué lo muestro al mundo como es, así de sencillo, de humilde y por eso mismo tan GRANDE.
Que la Virgen del Rosario, Madre de Villaluenga, del mundo y de la Paz, nos proteja bajo su manto y nos lleve de la mano por senderos y veredas seguras.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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