domingo, 1 de enero de 2017

1 de enero. Entre un año y otro.




Buenos días Villaluenga.
Buen día y buen año nos dé Dios.
El tránsito de un año a otro dura justamente un minuto. En ese escaso tiempo nos despedimos del que se va y recibimos con alegría al que llega.
En esto de cambio de año se cumple también el dicho de que "a rey muerto, rey puesto".
Recibamos con esperanzas el nuevo y que el que ya forma parte de nuestras propias vidas lo recordemos por sus buenos momentos y dejemos aparcados en los andenes de la memoria los malos.
Con esto del cambio de año sucede lo mismo que en la vida: Que nadie es imprescindible y el que se crea lo contrario se engaña a si mismo. En verdad cada uno de nosotros somos verdaderamente imprescindibles para Dios que nos cuida como su mayor tesoro.
Imprescindibles también para las personas que nos quieren de verdad y queremos. Necesarios para muchos y me imagino que prescindibles para tantos y tantos...
Por eso os pido que en ese nuevo año que ya hace unas horas que se ha estrenado Dios sea imprescindible en nuestras vidas porque Él, aunque nosotros podamos creer lo contrario, nos cuida, nos mima y nos Ama con locura.
FELIZ AÑO y recibe mi querido hermano un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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