Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Sentado en el silencio solo roto por el crepitar del fuego de la chimenea mientras detengo mi mirada en esas montañas a las que parece han espolvoreado de nieve mostrando una imagen tan bonita y diferente mientras un imponente sol se erige en todo lo alto y escucho las voces de niños, mayores y coches llegando para disfrutar cada uno a su manera de la nieve que queda, escribo esta reflexión sentado en la Atalaya.
Hoy se espera que en toda la Sierra vengan muchos a ver y tocar, algunos por vez primera, lo que es la blanca nieve, la de verdad, la que cae del mismo cielo.
Hoy se espera que muchos sean los que nos visiten para gozar de lugares únicos donde muchos quedarán sorprendidos ante la belleza de pueblos preciosos.
Hoy muchos serán los que se queden a disfrutar de un día en uno de nuestros pueblos y así de esta manera generar esa necesaria riqueza que algunas veces escasea.
Hoy serán muchos los que disfrutemos viendo disfrutar que es el mayor gozo que puede tener el ser humano pues eso querrá decir que la soberbia envidia no está entroncada en nuestros corazones. Sólo el que se alegra con las alegrías de los demás es verdaderamente Feliz.
Buen sábado y a los que vengáis: ¡¡Bienvenidos!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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