Buen día nos dé Dios.
Cuánta belleza pasa desapercibida por no fijarse en la pequeñez!!
Contemplamos absortos la majestuosa belleza de la inmensidad y no somos capaces de descubrir lo grandioso de lo pequeño que tenemos delante o simplemente a nuestros pies.
A casi todos nos gusta ser vistos y reconocidos aunque la mejor posición sin lugar a dudas es la aquél que consigue obviar los ojos del mundo y es capaz de observar serenamente.
El vernos uno entre tantos nos hace humildes así como reconocemos que también y por eso somos únicos porque así nos hizo Dios.
Nadie puede ser copia de nadie porque hasta las florecillas aún pareciéndose son todas distintas y por eso conforman un conjunto tan bello, tan armónico, que es capaz de ensombrecer hasta lo más grandioso.
Por eso ninguno sentimos, padecemos, nos alegramos, entristecemos o enamoramos de igual forma pues somos únicos e irrepetibles porque Dios así ha querido desde los orígenes.
Somos únicos y exclusivos para Dios y también tenemos que ser así para todos los que habitamos este pequeño-gran mundo globalizado porque lo que nos diferencia también nos enriquece.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario