lunes, 29 de septiembre de 2014

desde el tren. 29 de septiembre. A Rafael López Carrillo.

Buen día nos de Dios. ¡ Mi alma se enaltece cuando estoy con el Señor! Dios es mi bien, mi vida y mi todo.
Servir al mayor servidor de todos es aprender a cada instante que el Amor todo lo puede, todo lo consigue.
Quien vive imbuido en el Amor tiene tiempo para todo y para todos menos para hacer el mal, perjudicar a otros porque odio y Amor son totalmente incompatibles como el agua al fuego.
Vivir en Dios es vivir en plenitud.
Hacerlo no cuesta tanto aunque hay que desprenderse de mucho que creemos imprescindible y necesario para nuestras vidas cuando al final vemos que sólo es accesorio y en ocasiones incluso perjudicial.
Por eso cuando pienso en los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael que desde la eternidad están sirviendo a Dios y son de Él pienso que quiero para mi vida esa forma de Servir a nuestro Padre Celestial en todo momento y ocasión
Éste dónde esté soy de Dios y para Dios.
Dedico mi reflexión a todos los que hoy celebren su onomástica y en particular a mi buen hermano Rafael Lopez Carrillo del que tanto aprendo con su ejemplar y callado apostolado.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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