Buen día nos de Dios. El sufrimiento y el dolor nos hace fuertes en el amor. Cuando padecemos somos más proclives a todo cuanto nos rodea, todo nos es más cercano y somos más sensibles al dolor y somos más cálidos con los que nos rodean porque los comprendemos mejor. En el dolor no existen clases sociales ni hay ricos y pobres porque unifica todo y a todos sin diferencias. En el dolor y la muerte todos aparecemos sin nada y solo nuestra carga de amor nos hace diferentes a los ojos del Señor. Sufrir nos hace más humanos y lo que nos parecía importante vemos que no lo era en realidad. El dolor por el dolor no tiene sentido alguno, en cambio adquiere un fuerte sentido trascendental cuando lo ofrecemos al Señor. En este día que la Madre Iglesia conmemora los Dolores de la Virgen María ofrezco mi dolor como reparación de tantos males que aquejan al mundo. Qué nuestra Madre y Señora de los Dolores y del Rosario nos ayude siempre y en todo lugar Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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