sábado, 27 de septiembre de 2014

desde el tren. 27 de septiembre.

Buen días nos de Dios. Hoy el mundo asiste a la Beatificación de D. Álvaro del Portillo que ejerció su ministerio entregado a Dios por medio de los demás. Hoy millones de personas asistirán a este importante encuentro de Amor de Dios para sus hijos.
Nuestros padres cuando somos pequeñitos siempre nos dicen que debemos ser buenos y en la tierna infancia lo intentamos ser con todas nuestras fuerzas, cosa que logramos pues la inocencia anida en nuestros corazones.
De mayor, con tantas intoxicaciones, las amistades, las relaciones que algunas no son las deseadas, perdemos ese sentido de la bondad, del ser buenos y nos encaminamos hacia otros vericuetos a lo mejor más despampanantes aunque muchos más turbios y a la larga peligrosos.
Cuando nos apartamos de la bondad nos apartamos del camino que Dios ha puesto en nuestras vidas para que alcancemos la salvación, cuando nos olvidamos del sabio consejo de nuestros padres de SER BUENOS todo se nos empezará a torcer y no comprenderemos nada, estaremos tan abstraídos con nuestras propias desgracias, que nos hemos buscado solitos, que enseguida echamos la culpa a Dios, a la Iglesia, a sus pastores, a todos menos a los verdaderos culpables: ¡Nosotros mismos!
Lo bueno de tener un Padre Bueno y Generoso es que cuando ya estemos cubierto de fango y nos vayamos hundiendo en la ciénaga, Él nos cogerá de la mano para salvarnos, para hacernos ver el verdadero camino, para que sintamos en nuestros ateridos corazones lo que es la Bondad y el Amor. Entonces y solo entonces empezaremos a caminar seguros y agradecidos por el Amor que hemos recibido desde siempre y que solo ahora hemos sido capaces de sentirlo y comprenderlo.
Desde este mismo momento comprendemos y vivimos en carne propia lo que nuestros amados padres nos decían: ¡Sed Buenos!
La Bondad, el ser Buenos, vale mucho la pena porque crea y expandes Felicidad a los que te rodean haciéndote tu depositario también de mucho Amor.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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