lunes, 22 de septiembre de 2014

desde el tren. 22 de septiembre.




Buen día nos de Dios. La vida en sí es como el discurrir tranquilo de un río donde de forma parsimoniosa siempre va avanzando. La vida es más fácil de como nos la pintan y también de como nosotros mismos la enfocamos en nuestro paso por ella así como la relación con los demás.

Se puede llegar a disfrutar del sosiego de la vida aunque uno pueda estar rodeado de problemas, se puede seguir para adelante aunque algunos intenten que vayamos para detrás, se puede seguir apostando por la vida aunque tantos nos quieran imbuir en la muerte, se puede ser feliz en medio de muchas preocupaciones, se puede ser Libres aunque estemos presos de tantas y tantas cosas.

No olvidemos que con Dios todo nos basta, todo nos llena, todo nos alcanza, todo es fácil y vives la alegría y la satisfacción de verte y sentirte libre en la única Verdad que es Él.

Nos preocupamos demasiados con demasiadas preocupaciones. Hacemos la vida muy difícil cuando no es para tanto, dejamos de relacionarnos con personas queridas por malos entendidos o simplemente por comentarios que nos han venido de las mismas por terceros y no somos capaces de poner coto a nuestra propia soberbia, nuestro insano orgullo y así en lo pequeño y en lo grande el plácido río de nuestra vida se convierte en mar bravo y tempestuoso.

Pongámonos manos a la obra, confiemos en Dios nuestras vidas y viviremos como el río que ilustra esta reflexión: Plácido, tranquilo, sosegado que da y ofrece paz.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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