Buen día nos de Dios. Domingo día del Señor y de la Exaltación de la Santa Cruz. Hoy Jesús nos invita a coger nuestra cruz, a amar nuestra cruz, a sentir nuestra cruz como el mejor cordón umbilical que nos lleva directamente a Él.
Gracias al sufrimiento, a la piel desgarrada, a la sangre impregnada de Cristo la Cruz pasó de ser un patíbulo de ignominiosa muerte a símbolo triunfal de vida eterna.
Nuestras cruces son como son y están hechas a nuestra medida. Algunas veces podremos soportar su peso y otras nuestro vencido cuerpo no podrá ni con el peso de una astilla aunque Dios siempre está con nosotros y es la mano que nos alivia hasta hacer que volvamos a caminar con ansias por el Camino de la Vida.
Por la cruz han muerto y siguen muriendo nuestros hermanos los cristianos perseguidos de todas partes del mundo, por la cruz nos señalan con dedos acusadores, nos condenan y sentencian cual Poncio Pilatos, por la cruz somos merecedores del escarnio, la mofa, la risa de una sociedad corrompida y sin valores y por la cruz vale la pena seguir trabajando en nombre del Señor anunciando Su Reino por todos los rincones del mundo.
Todavía hay muchos que mueren como si fuesen crucificados en la cruz, hay muchos niños que no nacen por la barbarie del aborto, que no le dan la oportunidad de ser y hacer algo en esta vida por culpa de los poderes públicos que tienen remordimientos de "conciencia", como si alguna vez la hubieran tenido, cuando se tiene que defender la Vida. En la cruz también mueren muchos enfermos y ancianos en otras partes del mundo por medio de otro asesinato consentido: La eutanasia.
Hoy es el Día de la Exaltación de la Santa Cruz, Día del Señor, Día de Jesús Eucaristía que nos espera en la Iglesia para que celebremos con Él la Santa Misa y comulguemos su Sagrado Cuerpo para hacer del nuestro un precioso y temporal Tabernáculo. ¿Lo vamos a defraudar?
Cuando vayamos a su encuentro para comulgar pensemos y hagamos examen de nuestras conciencias y vida porque a lo mejor es mejor quedarse sentado en el banco y respetar al Señor que comulgar engañándote a ti mismo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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