Buen día nos de Dios. Cristo es mi dulce morada donde necesito descansar cada día. Él es el rocío de la mañana y el frescor del atardecer. Lo necesito a cada instante porque sé que me guía con palabra certera que endereza mi camino. Con Jesús lo soy todo y sin Él me siento perdido sin posibilidad de ser hallado aunque sé que como Buen Pastor irá en mi busca sin descanso hasta encontrarme. Con Dios encuentro la tranquilidad ante tanta inquietud, esperanza ante la tristeza, ilusión ante la apatía y fuerzas renovadas ante el cansancio nuestro de cada día. Te invito a que estés un rato con Jesús en la intimidad y recogimiento del Sagrario. Te hará mucho bien y no quedarás defraudado. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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