Buen día nos de Dios. Muchas veces nuestros propios recuerdos, pensamientos, decisiones y actitudes hacen que nos encontremos presos de nuestras decepciones, amarguras, de nuestro pasado que nos impide afrontar con ánimo y esperanza el presente e intentar construir nuestro futuro. En demasiadas ocasiones llevamos las alforjas llenas de piedras donde el desaliento y la amargura hacen que no lleguemos ni avanzar un centímetro en nuestro particular camino de vida. Por decirlo de una manera que todos nos entendamos llegamos a no poder vivir la vida que nos ha tocado vivir. Cuando eso nos sucede tenemos que poner nuestras miras en lo sobrenatural que acompaña nuestro diario caminar y que es la fe. Jesús nos invita a cada instante a caminar hacia Él porque hallaremos nuestro descanso y porque comprobaremos que su yugo es llevadero y su carga ligera. Este encuentro con el Señor es la mejor medicina, el más eficaz tonificante, el más rápido antidepresivo pues con Cristo hallaremos la Paz, el sosiego, la tranquilidad necesaria para que los aciagos recuerdos que nos atormentan se vayan diluyendo cual azucarillo en un vaso de agua. Sí, es verdad que en muchas fases de nuestra vida lo hemos pasado mal, nos hemos sentidos solos, desasistidos, abandonados aunque tenemos que pensar que "no hay mal que por bien no venga" y que todo forma parte del historial de tu propia historia. En los buenos y malos momentos se compendia lo que hoy somos sin trampas ni cartón. Dios nos quiere como somos, seres imperfectos que buscan con su ejemplo, palabras y obras estar más cerca de la perfección que se simplifica en la inmensa majestuosidad de nuestro Padre Bondadoso y Celestial. Y cuando vengan a nuestras cabezas los malos recuerdos, los aciagos sentimientos que entristecen nuestras almas volvamos nuestra mirada a Jesús y recemos porque la oración meditada y reflexiva es el mejor remedio que existe para estos males. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo en este sábado día por excelencia de María siempre Virgen.
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