domingo, 27 de julio de 2014

desde el tren. 27 de julio.

Buen día nos de Dios. Los días siguen pasando con el apresuramiento o lentitud que cada uno quiere imprimirles y todos se encaminan para llegar al más importante de todos: El Domingo que es el día del Señor donde en la celebración de la Eucaristía podremos recibir su Sacratísimo Cuerpo que será acogido por el nuestro como el bien más preciado. Es el domingo un día de celebración, Hetepheres y yo estamos de "aniversario" pues hace hoy justamente ocho años que empezamos con nuestro noviazgo que terminaría en nuestro matrimonio, en nuestra unión sacramental por los siglos de los siglos. Ocho años de amor pleno y desbordante junto a una mujer excepcional en todos los sentidos. Hoy domingo, en el día del Señor, en el día de alabanza y gloria es cuando más gracias doy al Padre por haberme dado la fe, mis creencias, a una Iglesia que me quiere como madre y en la cual comparto y crezco en mi vida cristiana, en mi vida espiritual, en mi vida personal. Doy gracias al Señor por haberme dado el suficiente discernimiento para vivir mi fe con plena coherencia aunque esta pueda no ser entendida por muchos que prefieren conculcarla por unas horas realizando o participando en actos o acciones que transgrede lo más insondable de nuestra propia fe, de nuestra moral católica. A nosotros los que nos declaramos discípulos de Cristo nuestro testimonio es la principal baza ante los ojos de los demás y el fin nunca debe justificar ningún medio ni todo nos sirve para todo. Ser coherente con tu fe, con tus creencias, con tu forma de pensar puede hacer que muchos te olviden, te arrinconen, porque quieren hacerte desaparecer. ¡No temáis! Porque si nos ponemos en manos de Dios nada malo, perjudicial, pernicioso nos podrá suceder. Él que es el dueño de la Vida y de la muerte no permite que ninguno de sus amados hijos sufra ni un rasguño de los poderes del Mal. Hoy es domingo, día del Señor, vamos a la Iglesia a celebrarlo juntos en la Santa Eucaristía. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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