viernes, 4 de julio de 2014

desde el tren. 4 de julio.

Buen día nos de Dios. El Señor se vale de sus instrumentos para hacerte ver siempre aunque ya estés entornando los ojos por el sueño y el cansancio. Ayer por la noche me llegaba un mensaje de un buen amigo y hermano en el que me deseaba su particular buenas noches. Me decía, y nos decía, que teníamos que rezar como un niño. ¡Es verdad, así es! Cuando nos dirijamos a Dios tenemos que hacerlo con la inocencia, confianza, pureza de un niño. Dios escucha siempre a un corazón inocente que está anhelante de Su Amor y de Su Protección. Dios escucha mejor a un corazón puro que huya de las intoxicaciones propia de un mundo que quiere caminar solo aunque le lleve al desastre. Si, rezar como niños ante un Padre que nos dice que quiere misericordia y no sacrificios, que perdona siempre, que nos ama a perpetuidad. Lo que pasa es que cuando ya nos vamos haciendo mayores no queremos parecer niños y huimos hacia adelante aunque perdamos el equilibrio que nos sostiene y da razón de nuestro existir. Jesús dijo a sus discípulos: "Dejad que los niños, que también somos nosotros, se acerquen a mi". Tenemos que aprender a rezar, confiar, sentir con corazón de un niño aunque ya estemos plateando nuestros cabellos. Gracias mi queridoManuel Bernal López por tu mensaje y por tu testimonio de vida cristiana. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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