Buen día nos de Dios. ¿Cuando prestamos algún servicio a los demás, lo hacemos pensando en Dios o es para alimentar nuestra propia vanidad? La vanidad nos alimenta nuestro orgullo, nuestra soberbia, nuestro ego hasta hacernos olvidar el verdadero significado de todo cuanto hagamos. Vanidad y Dios son contrarios pues si estamos instalados en la primera siempre primarán nuestros particulares intereses por muy contrarios que estos puedan ser con nuestras creencias y nuestra fe. Cuando ostentemos un cargo, una responsabilidad no lo hagamos por nuestro propio orgullo que es una determinada forma de vanidad sino con plena conciencia de servir siempre a los demás que es una privilegiada forma de hacerlo con Dios. No vaya a ser que de tanto "engañar" a los demás acabemos perdiendo nosotros el sentido de la realidad. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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