Buen día nos de Dios. Hoy vuelve a ser domingo y con él celebramos el Día del Señor. Hoy es un día grande para todos nosotros y si fuésemos consecuentes dedicaríamos esta jornada a Dios por medio de celebrar la Eucaristía, compartir con nuestros hermanos, dedicarnos a nuestras Familias y hablar de Él, de lo que hace a diario en nuestras vidas, de como nos afecta su Amor y como somos nosotros capaces de trasladarlo a los demás. Tenemos una semana completa para prepararnos para este gran día por medio de la meditación, de la oración íntima y sincera, de ofrecer nuestro servicio en bien de los demás, de nuestra comunidad, de la sociedad por medio de los dones que el Señor ha puesto en nuestras Manos. Vivir en Dios es hacerlo de forma más sensible, más íntima, más sincera con todos y sobre todo con nosotros mismos. Tenemos la obligación moral de cuidar de los otros aunque, ¿Somos capaces de cuidar de nosotros mismos? ¿Nos queremos lo suficiente, nos respetamos? Si falla esto último está fallando todo pues si nosotros no nos valoramos, ¿Cómo vamos hacerlo con los demás? Dios nos quiere a todos por igual y quiere que seamos felices en la libertad que Él nos proporciona, quiere que nos queramos y quiere que le sirvamos sirviendo a todos. Dios está ahí, justamente a tu lado, para decirte continuamente que puedes caminar tranquilo por trecho seguro porque te acompaña en todo momento y lugar. Os deseo un Feliz Domingo, Día del Señor. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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