lunes, 21 de julio de 2014

desde el tren. 21 de julio.

Buen día nos de Dios. Pensad que es lo que le agradaría a Dios que hiciéramos nosotros hoy. Es una reflexión que cada uno debemos hacer en la íntima soledad de la coherencia de nuestra fe. Cada uno de nosotros tenemos unos dones, unos talentos a los que tenemos que poner en valor. ¿Lo hacemos así? ¿O nos escudamos en nuestras propias mentiras para no poner en marcha nuestra misión diaria? Otras veces queremos dar tanto de nosotros que todo nos parece poco y nos crea angustia esa insatisfacción cuando a lo mejor Dios no quiere grandes proezas sino que nos entreguemos sin medida en nuestra encomienda diaria por medio del trabajo, de la familia, con los amigos, siendo sensibles con todo cuanto nos rodea pues en todo está el Señor. Solamente debemos estar atentos a las señales que Jesús nos pone por delante y entregarnos con todo cuanto hagamos con el único fin de llevar la Gloria de Dios a todos los lugares empezando por los más cercanos e íntimos. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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