Buen días nos de Dios. Buen día os deseo a todos mis queridos hermanos en este domingo Día del Señor. Hoy nuestro corazón se muestra presuroso porque se acerca la hora de encontrarnos con Él en la Eucaristía, contamos el tiempo que nos falta para comulgar su Bendito Cuerpo que nos transforma por Obra y Gracia del que es Inmenso Amor en auténticos Sagrarios suyos. Hoy es el día de celebrar la Santa Misa junto a nuestros hermanos en una verdadera comunidad de creyentes donde todos estamos unidos por un mismo Dios y tenemos encomendada una importante misión: ¡Evangelizar! Hoy nos pide Jesús que sembremos, con palabras y obras, Su Mensaje a nuestro alrededor, empezando por los más íntimos y cercanos hasta abarcar a los más lejanos y alejados. Quien siembre la Palabra de Dios siempre obtendrá frutos aunque nosotros no seamos capaces de verlos y ni siquiera de distinguirlos. En todo momento y lugar tenemos que dejarnos hacer por el Señor que pondrá en cada momento palabras de auténtica verdad que anuncien sin remisión que el Reino de los Cielos está cerca. Es importante evangelizar siempre, sembrar siempre, a todos; a los que ya creen y practican así como esos que tienen sus creencias aunque están alejados de la Madre Iglesia y como no de los no creyentes porque nuestra misión abarca a todo el mundo en todo el mundo. Si crees que no te ves capacitado no temas pues Dios en su Infinita Misericordia siempre estará junto a nosotros para ayudarnos a ver, sentir y decir lo que Él quiera que transmitamos por medio de nuestro ejemplo, testimonio, hechos, palabras e incluso silencios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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