Buen día nos de Dios. Todos los días los tenemos que acoger como una oportunidad única para aprender y vivir experiencias únicas e irrepetibles. Cuando así te levantas no existe lunes, martes o miércoles sino que asumes la grandeza y el privilegio que Dios te vuelve a ofrecer. Por favor que no nos envuelva el cansancio, el hastío, la tristeza cuando empieza un nuevo día en el que está todo por hacer. Tenemos que acogerlo como un nuevo regalo, una nueva oportunidad que nos ofrece nuestro Padre Celestial para hacer el bien según Su Voluntad. Es nuestro regalo diario de Dios. Y piensa que todo lo que nos ha sucedido y sucede tiene un fin, una meta, un sentido y que sólo Dios sabe lo que nos conviene a cada instante. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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