Buen día nos de Dios. Son los viernes un día que invita al optimismo y a la sana alegría pues es la antesala del fin de semana. Hoy acaba la semana laboral, se hace un paréntesis en los estudios y amanece cuarenta y ocho horas donde se puede gozar más de la familia, de la pareja, de los amigos, de las propias aficiones. Escribo esto pues siempre hay que ver el lado positivo de la vida, lo apasionante que ella nos ofrece con el solo hecho de gozar de cada momento cotidiano. Hay personas que se afanan diariamente en hacernos la vida más felices con sus palabras de apoyo y ánimo, con sus mensajes o insertando bellas imágenes que nos elevan el espíritu porque, no lo olvidemos, la belleza sublime de los sitios que nos rodean en este pequeño gran mundo son invitaciones constantes al goce de la alegría. Dios pone en nuestras manos la posibilidad de ser felices siempre porque como Padre que nos Ama nos quiere contentos y llenos de esperanza y optimismo. Hoy es un gran día para pensar que queremos hacer en estas cuarenta y ocho horas que tenemos para el descanso, la unión fraternal, la familia, los amigos y también para Dios. Esta reflexión que es una invitación al optimismo y la felicidad se la quiero dedicar a mi buena amiga Inma Fernández porque en ella se sintetiza todo lo que hoy he expuesto. Es la mano amiga que siempre está y te apoya, es una mujer de esperanza y optimismo, siempre tiene una evocadora imagen de bellos paisajes y sitios que nos evocan grandes y nobles sentimientos, siempre está cuando se le necesita. Hoy es viernes y aprovecho este día para haceros una invitación: ¡Sed felices! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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