Buen día nos de Dios. Existe más pesar en el mundo del que podemos imaginar. El dolor se manifiesta por donde vamos y está tan cerca de nosotros que tendríamos que ser ciegos para no verlo. Existe demasiado sufrimiento, demasiadas "cuentas pendientes", nos hacemos demasiados reproches y vivimos con desgarro situaciones de nuestro pasado que nublan nuestro presente. Ante la dificultad y el sufrimiento solemos ponernos un antifaz en el que no ver ni sentir nada y así nos parece que la vida siempre es alegre y feliz. ¡Qué ciegos estamos! Cuando los nubarrones envuelven nuestra vida hasta hacer desaparecer todo vestigio de esperanza lo mejor es ponerse en manos de Dios porque no olvidemos que Él nos ofrece un Amor sin medida, un consuelo perenne, una Mano amiga a la que asirse. También debemos confiarnos en aquellos hermanos nuestros que nos comprendan y no nos juzguen para guiarnos de sus consejos, sus opiniones, sus oraciones. Seamos dóciles a la Voluntad del Señor y cuando venga a nosotros un caso de sufrimiento, sea el que sea, intentemos ayudar ofreciendo nuestro abrazo sincero sin prejuicios ni juicios estériles. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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