Buen día nos de Dios. El Señor quiere que nuestro testimonio de vida sea luz para que muchos lleguen a Él. Por eso tenemos que esforzarnos a diario en ser buenos y generosos con los demás, entregarnos a todos los que nos necesitan, rezar para alimentar nuestras almas, ser piadosos y caritativos, trabajar por el bien común, hacer nuestra pequeña parte de trabajo para enmendar el camino de un mundo que si lo dejamos de la mano se dirige hacia la deriva. Tenemos la obligación de ser buenos de verdad y no apuntarnos en esa falsa línea de "buenismo" impostado que todo lo ve bien y que cuando vienen las duras vuelven las cabezas para otro lado. Nuestro testimonio, nuestra vida debe servir para que otros muchos lleguen a Dios, nos tienen que ver como amigos, discípulos del Señor y eso es una obra que dura años, tantos como los que nuestro Bendito Padre Celestial quiera que estemos en él. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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