Buen día nos de Dios. ¡Qué difícil es defender ante un mundo que nos mira con ojos ciegos nuestra fe, nuestras creencias, nuestros valores, nuestra forma de pensar! Aún así debemos seguir haciéndolo porque necesitamos sembrar sea cual sea el tipo de tierra que nos encontremos. Que sea fecunda o no es cosa de Dios. Tenemos con nuestro ejemplo de vida, con nuestra integridad personal, con los valores que nos son inherentes desde el momento de nuestro nacimiento y por transmisión de nuestros padres que abrir los ojos y oídos de tantos ciegos y sordos que prefieren vivir la vida sin importarle absolutamente nada. Este sembrar, este trabajar por todo cuanto creemos, nos traerá quebraderos de cabeza pues estaremos expuestos a las humillaciones y persecuciones interesadas de muchos que viven sin vivir y quieren que todos hagamos lo mismo, que nos convirtamos en autómatas sin sentimientos, sentido y razón. Hoy quiero dedicar esta reflexión a mi buen hermano en la fe y sembrador en la Viña del Señor que es el mundo que con su ejemplo diario, su trabajo y lucha hace mucho bien a todos. Mi afecto y admiración personal para Pedro Mejías Rguez. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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