Buen día nos de Dios. Cada semana que se empieza es una nueva oportunidad para hacer mucho y bien. Lo peor que nos puede pasar es ir agotando los días sin haberlos aprovechado ni vivido. Nuestro particular día a día debe ser y entenderse como ejercer la labor que tengamos encomendada con vocacional actitud de servicio porque cuando así sucede nuestros días, nuestras semanas dan frutos y en cantidad. Hoy he empezado de nuevo con mi trabajo, mi particular rutina, mi normalidad y aunque me encuentro algo cansado doy gracias a Dios por lo vivido y también por mis compañeros, por ser como son. Empieza la primera semana del resto de mi vida. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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