Buen día nos de Dios. Hoy celebramos la festividad de San José Obrero y no estaría mal que pensemos en la figura del Esposo de María y padre terrenal de Jesús pues de Él podemos sacar conclusiones muy positivas para nuestra vida. San José fue manso y humilde de corazón, obediente a todo cuanto le venía del Padre, un buen esposo con María, un padre que enseñó a Cristo lo que es el vivir día a día de una Familia. Fue un trabajador pues desempeñaba con esmero el oficio de carpintero. Si nosotros nos fiáramos de Dios como lo hizo José otro gallo nos cantaría. Ser mansos y humildes de corazón, obedientes, Amar a los demás como quisiéramos ser Amados, entregarnos por todos empezando por nuestras familias, ser buen hijo, padres, esposos, amigos nos hará mejores personas ante Dios y ante todos los hombres. Muchas veces nos quejamos de las obligaciones que tenemos que cumplir a lo largo del día. Que si los estudios, el trabajo, los compromisos, las obligaciones..., ¡Todo es motivo de queja! Hagamos una cosa que siempre nos saldrá bien: ¡Ofrecer nuestro trabajo, estudio, responsabilidad a Dios! Con este ofrecimiento adquiriremos una vocación de servicio a cuanto hagamos y entonces no podremos ni deberemos quejarnos de nada pues estaremos quejándonos ante el Señor de lo que hemos ofrecido. Hoy tengo en mi mente y mis oraciones a todos los trabajadores así como los que no encuentran trabajo por causa de la crisis. ¡El Señor está siempre con vosotros! Hoy empieza el mes de María y rezo ante Ella para que nos proteja a todos y cada uno de nosotros, que nos lleve siempre cogidos a Su Bendita Mano y cubiertos bajo Su Manto pues así caminaremos seguros y tranquilos todos los días de nuestra vida. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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