Buen día nos de Dios. Tenemos que tener paciencia ante la adversidad, ante el sufrimiento, ante los contratiempos de la propia vida, ante todo lo que nos supere a diario. Tenemos que ofrecer esta propia incapacidad de afrontar mucho de lo que nos sobreviene a Dios para que con su ayuda podamos llegar a confortar y reconfortar nuestras vidas según los designios que nos tenga preparados. Acatar lo que el Señor tiene preparado para ti es signo de humilde mansedumbre, de sabernos lo que en realidad somos: Débiles y necesitados hijos que necesitan siempre de su Padre. En muchas ocasiones queremos imponernos ante lo que nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros, que no olvidemos es lo mejor que nos puede pasar, porque no aceptamos lo que en la misma pueda haber de dolor, de tristeza, de contratiempo y no podemos olvidar que en nuestro caminar en lo que es nuestra propia historia de salvación nos encontraremos piedras que sortear y empinadas cuestas que subir. Abandonarnos en los brazos protectores de Dios, orar con entrega y pedir la mediación de Nuestra Madre Celestial es fundamental para notar que la carga es llevadera y que el yugo es ligero porque, al fin y al cabo, Todo está en Manos de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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