miércoles, 7 de mayo de 2014

desde el tren. 7 de mayo.

Buen día nos de Dios. Cada día millones de personas empiezan muy deprisa la jornada. En la calle ves gente correr para llegar a su hora a los trabajos, reuniones, colegios... ¡Todo son prisas! Y así un día tras otro porque no somos capaces de darnos ni un merecido descanso. Entre tantas obligaciones, tantas ocupaciones, tanto agobio nos hace falta reposar para ver por donde andan nuestros pasos, por donde se encamina nuestras vidas. Necesitamos cinco minutos para pensar, meditar, para rezar. En un mundo donde todo se hace deprisa, donde no hay tiempo para nada ni para nadie viene bien que nosotros pisemos el freno y hagamos un reflexivo examen de conciencia. Necesitamos imperiosamente abandonarnos a la intimidad de Dios. Es imprescindible que nos aislemos del mundo que tanto nos agobia para reconducir lo que sea necesario. Hoy os lo voy a poner fácil. Dedícale al menos cinco minutos a estar con Jesús en el Sagrario. Es una parada mínima en tu vida y te hará mucho bien. ¡Cinco minutos con Cristo no es nada y te da Todo para experimentar lo que es el verdadero sosiego y felicidad! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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