Buen día nos de Dios. Siempre en nuestro transitar vamos dejando parte de nosotros por el camino y es bueno que así sea. La vida tenemos que vivirla con intensidad para poder decir que la hemos vivido. ¡Hay que dejar huellas! Estar y que no te recuerden es demasiado triste porque parece que has vivido para nada. Vive intensamente todos tus momentos: El personal, familiar, académico, profesional y también el espiritual. En cada cosa que hagas que se note tu presencia y no desde un aspecto egocéntrico sino el de un valioso instrumento de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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