miércoles, 30 de abril de 2014

desde el tren. 30 de abril.

Buen día nos de Dios. Jesús es la Luz del mundo. Todos los que viven en la Verdad están junto a la Luz de Dios, todos los que viven en las tinieblas no quieren acercarse a esa Luz que irradia Cristo porque pueden ser descubiertos en sus maldades. ¿No es verdad que cuando abrimos una ventana y entra los rayos luminosos de sol nos alegra? Pues así cuando nuestra alma, que es nuestra ventana particular, siente que Jesús está dentro reluce como el más iluminado y bello de los días. El Señor nos quiere alegres y contentos y eso se consigue predisponiendo nuestras vidas al que es realmente Vida plena y eterna. Con Cristo todo nos es posible y sin Él no alcanzamos a ver ante la niebla espesa que nos rodea. Es cuestión de elegir entre la Vida o la muerte, entre la alegría o la infelicidad, entre el Amor o el odio, entre la entrega o el egoísmo. Dios a diario nos abre sus manos para que nos cojamos fuertemente a ellas y así ir seguros por un mundo en el que quieren que todos seamos números, no personas, vivamos en la tristeza, en la angustia, marginando todo tipo de buenos sentimientos. Pero no, hoy he vuelto abrir las ventanas y ha entrada en mi vida, en mi alma la Luz que nunca se ha ido y que alumbra incluso en la inmensa oscuridad. Con Jesús se goza de lo que es verdaderamente la Vida. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo, y que Dios nos siga bendiciendo.

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