desde el tren. 16 de abril. Miércoles Santo.

Buen día nos de Dios. Miércoles Santo faltan tan solo unas horas de los días centrales de nuestra fe, donde desde el padecimiento y el dolor de Jesús vemos todo claro, nos enseña con su Muerte lo que debe ser la vida para nosotros. ¡Somos así de torpes a veces! ¿Cómo estamos viviendo esta Semana Santa? Todo no puede quedarse en la estética de la fe sino que tenemos que profundizar. Las Hermandades y Cofradías que todos los días recorren nuestras calles hacen su particular protestación de fe pública, todo está preparado para invitarnos a interiorizar y sobre todo cuando vemos las bellísimas imágenes que representan tal o cual misterio pasional y desgarrador. ¿Vemos pasar las procesiones y nos quedamos igual o algo se nos remueve por dentro? Para los que no tienen la gracia de creer es una sublime expresión artística aunque los que tenemos fe tiene que ser una plasmación de lo que Cristo sufrió por todos nosotros. Ver esas filas de nazarenos, penitentes que portan los cirios, las cruces, el incienso que lo embriaga todo como anunciando que detrás viene Jesús en Augusta Majestad y lleno de dolor por los padecimientos que está soportando por el Amor que nos tiene a todos y cada uno de nosotros. Unos miran ensimismados por la belleza de lo que contempla y otros lo que vemos nos tira un pellizco el corazón porque sabemos que encima de los pasos, de los tronos, está una imagen sagrada que representa a Jesús, nuestro verdadero Amor de los Amores. Si al mirarlo cara a cara y eres capaz de mantenerle la mirada ya tu corazón se desboca y empieza una oración en forma de plegaria que traspasa el alma. Porque, ¡Tenemos tanto que decirle a Dios que no se lo decimos a diario por falta de tiempo o de tantas cosas que nos ocupan! ¿Y todo lo que nos ocupa es tan importante como para olvidarnos del Señor? Antes de entrar en los días sagrados de la Semana Santa hagamos examen de conciencia de lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.