Buen día nos de Dios. Viernes Santo es el día que tenía que llegar, para el que te envió el Padre, donde sufrirías atroces tormentos hasta morir en la Cruz por todos nosotros. No somos conscientes del martirio que padeciste, como se ensañaron contigo Jesús por solo ser bueno, ser humano, ofrecer los brazos abiertos a todos, por proclamar un Camino donde Tu eres la única Verdad y Vida. Nosotros los hombres, en cambio, te tratamos peor que a una bestia y te hacemos padecer hasta morir. ¡Así de ingratos somos y seguimos siendo! Hace dos mil años asistimos espantados a tu Pasión y Muerte y hoy en día seguimos crucificándote con nuestras actitudes, con nuestros agravios, con nuestra impiedad, con nuestro poco valor. ¡Somos cobardes aunque queramos ir de valientes por el mundo! Que cada insulto, cada latigazo, cada trozo de piel arrancada, cada penetrante dolor por llevar la cruz, por ser crucificado, por arrastrarte para coger un poco de aire pese a todo lo que te habían hecho lo sienta hoy más que nunca en mi alma y pueda ser capaz, con Tu Ayuda, de cambiar en Cristo y por Cristo para ser mejor cristiano y con eso mejor persona. ¡Sólo Tu Señor sabes que puedes contar con mi vida para lo que quieras! ¡Sólo Tu Señor Tienes Palabra de Vida Eterna! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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