Buen día nos de Dios. Quiero en esta última reflexión antes de operarme y como desde el tren va a estar parado en un vía de descanso hasta que me vuelva a recuperar dedicar la misma a la esperanza. Sin esperanza no hay nada en la vida que nos colme, nos alegre, nos den ganas de seguir hacia adelante. No olvidemos que la esperanza es Dios y sin Él no somos absolutamente nada. En estos momentos de incertidumbres y padecimientos se nota al Señor con todas las fuerzas. Si Dios está conmigo soy Feliz y tengo Esperanza en seguir caminando y cumpliendo con la misión de misiones que ha puesto en mi vida. Qué siempre se haga Su divina Voluntad porque será inmensamente bueno. No, Padre, no apartes este Cáliz de mis manos porque es necesario para mi historia de salvación. Y para Salvarnos hay que trabajar a todas horas por Su Reino pues todos tienen derecho a conocer el verdadero amor: El Amor de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo. ¡Hasta dentro de muy pronto!
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