Buen día nos de Dios. Un nuevo día luminoso se abre ante nosotros y por muy tristes o cansados que estemos notamos que la alegría se quiere ir instalando en nuestras vidas. ¡Hay que dejarse abrazar por Dios! En muchas ocasiones nos volvemos huraños con nosotros mismos, no nos mimamos lo suficiente, no nos queremos en demasía y por eso no nos dejamos querer ni abrazar. El abrazo es notar el calor de la cercanía, del cariño, de la ayuda, de la esperanza, del Amor y si ese Abrazo lo da Dios es llenar tu vida de verdadera plenitud y sentido. Todos y cada uno de nosotros somos débiles en la mayor parte de nuestro existir y esa debilidad nos hace grande ante los ojos de nuestro Padre Celestial pues adquirimos la condición de hijos suyo y necesitamos que nos guíe, nos ayude, nos abra puertas y ventanas para que la claridad del día inunde nuestro ser necesitado de Luz, de Amor..., de Dios. Debemos abajarnos de todo cuanto nos lleve a engaño y nos haga creer que somos invencibles, poderosos, imbatibles por si solos y mirar hacia el fondo de nuestros corazones donde buscamos con ojos de niños el brazo fuerte de nuestro Padre. Tenemos, porque así lo necesitamos, que dejar abrazarnos por Dios y así nunca nos separaremos de Él. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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