Buen día nos de Dios. ¿Cuántas veces intentamos huir de nuestra propia vida porque estamos cansados y agobiados? Todo nos parece demasiado empinado, nos cuesta andar e incluso sonreír. Estamos fatigados del día a la noche y no tenemos claro el por qué del mismo. Nos vemos demasiado frágiles en un poderoso mundo que arroja afuera a todo aquel que no esté preparado. Todo está demasiado lejos nada a nuestro alcance y así un día tras otro. ¡Siempre igual! Eso nos pasa o bien porque estamos lejos de Dios o no hemos tenido oportunidad de conocerlo. En cuanto conoces al Señor ves que la cuesta no es tan empinada, que todo no está tan lejos, que no nos produce el vivir tanto hastío ni abatimiento porque somos depositario de la Fe que nos otorga Dios Padre y con Fe todo se consigue. Con la Fe puedes conocer a Jesús en toda su grandeza y te gloriarás en Su Sagrado Corazón donde todos tenemos cabida. Él nos dice que vayamos a su encuentro todos los cansados y agobiados, que aprendamos a cargar con su yugo porque es llevadero y su carga ligera porque llevar esta carga y este yugo a nuestras vidas es adentrarnos al inmenso Amor de Dios que tiene para cada uno de nosotros porque para Él todos somos especialmente exclusivos. La Alegría de sentirnos hijos de Dios hace que todos los días nos levantemos esperanzados, alegres y con fuerzas para acoger en nuestro ser al mundo entero al cual con nuestro testimonio de vida debemos enseñar lo que es y significa sentirse hijo de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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