Buen día nos de Dios. Hoy entra en nuestros corazones Jesús montado en un pollino de forma triunfal. Hoy conmemoramos como el Hijo de Dios se abajó y se puso a la altura del pueblo que lo seguía y lo vitoreaba como el Mesías que estaba escrito debía venir. Y nosotros, ¿Dejamos entrar a Jesús de forma triunfal en nuestros corazones? ¿O con nuestras actitudes, actos, decisiones lo que hacemos a diario es condenarlo a la Pasión y Muerte? Nos fijamos y admiramos a las bellas imágenes que representan a Jesús y que saldrán por todas las partes de nuestra querida España, de nuestro mundo aunque no nos fijamos en nuestros hermanos que son el reflejo más fiel de ese Cristo que va entronizado en su Paso triunfal y reinando. Preferimos besar una imagen que dedicarnos de esos hermanos nuestros que lo están pasando mal y eso, mis queridos hermanos, no lo quiere Dios. Servir a Dios es hacerlo por medio de los demás. ¡Qué bien lo entendieron nuestros santos! ¡Qué bien lo entendió Santa Ángela de la Cruz o la Madre Teresa de Calculta! Tenemos que rezar y hacerlo frente a una imagen nos cuesta menos aunque no debemos olvidar que es una imagen sagrada que representa a Jesús y que Él está en Presencia Viva cobijado en las paredes del Sagrario. Seamos conscientes de todo esto en este Domingo de Ramos en el que celebramos la Entrada Triunfal de Jesús en nuestra particular Jerusalén como el preámbulo a todo lo que se ha de vivir y venir con la Pasión, Muerte y posterior Resurrección. Tiempo al tiempo y hoy disfrutemos de Dios sentado, como a Él le gusta, en majestad que entra por la puerta grande de nuestras vidas subido a un pollino que es el ejemplo de la humildad, de la mansedumbre, de la entrega por todos nosotros. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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