miércoles, 7 de marzo de 2018

7 de marzo. Ser distintos...

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Buen día nos dé Dios.
Cuánto hagas en tu vida ya sea trabajar, conversar, escribir, caminar, educar, tienes que hacerlo de forma veraz y siempre desde la coherencia que fundamenta nuestra Fe.
Sí, el ser cristiano se debe notar en todos los ambientes donde te muevas, que se vea que eres un discípulo, que pones esa gota, esa nota, que nos diferencian de los demás no porque seamos más o menos importantes sino porque somos distintos.
Distintos en nuestro enfoque del Amor, distintos en nuestro actuar en forma de Caridad, de entrega, de servir sin más desde la gratuidad y nunca desde un interés...
Distintos a la hora de saber perdonar, de dar el brazo del orgullo y la soberbia a torcer, de ser mansos y humildes de y desde el corazón.
Distintos porque cada palabra dicha, palabra escrita, se tiene muy presente a Dios al que nos debemos encomendar siempre desde que nos levantamos hasta que de nuevo entornamos los ojos cada noche vencido por el sueño.
Distintos aunque nunca superiores por Jesús se hizo hombre y nos enseñó a ser uno más, a amar a todos, a vivir por todos...
Sí, somos iguales pero los que somos de Jesús y ponemos nuestros afanes en las manos de María, Madre de la Esperanza nuestra de cada día, ya no hacemos nuestra voluntad sino la que el Señor ha dispuesto para cada uno de nosotros y aun queriendo que pase el caliz del sufrimiento, de las pruebas, de los padecimientos, de la persecución, de la iniquidad, sabemos aceptar como lo mejor para nuestra vida que se haga según Dios ha dispuesto.
Llevar la contraria al Señor no trae cuenta porque gastamos fuerzas para nada pues Él hará lo que es mejor para nuestra salvación aunque eso nos lleve a no entender nada en el aquí y ahora...
Por eso hoy demostremos que somos distintos, que somos de Cristo, y regalemos esa sonrisa a quién nos vuelve la cara, perdonemos a quién tanto daño nos hizo, amemos a esos que reiteradamente nos han traicionado, ofrece tu entrega hecha servicio a quién tan egoístamente se comporto contigo.
Seamos distintos, seamos de Cristo. ¡Fácil no es? ¿Quién digo que ser distinto en el amor de Jesús lo fuera?
Feliz miércoles.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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