Buen sábado Villaluenga.
Buen sábado nos dé Dios.
Sigue lloviendo a mares, con fuerza, en nuestro bendito Pueblo, la montaña se ve difusa tras la cortina de agua, la montaña gris oscura como el mismo cielo y el verde también aparece más tenue. Los días de lluvia, muy necesarios, también son muy hogareño, muy de estar y vivir de puerta para adentro.
Pero, ¿nos gusta vivir de puerta para adentro?
De puerta para adentro es vivir en la intimidad de tu propio ser donde te descubres, con sorpresa o no, en lo que en verdad te has convertido. Es mirarte al espejo detenidamente y comprobar esas arrugas que tienes y que pensabas no tener.
Lo peor de mirarnos para adentro no es el hecho de hacerlo sino de comprobar que esas arrugas afean nuestra alma porque nos hemos dejado llevar por las cosas del mundo separándonos poco a poco de los demás. Sí, por conseguir nuestros "objetivos" nos vamos separando de los que en verdad nos quieren para ofrecernos a los brazos y abrazos de los oportunistas de cada momento que solo esperan de ti lo que le puedas ofrecer y cuando ya no tienes nada que dar: ¡Puerta!
Pienso que a lo largo de la vida a todos nos ha pasado y lo bueno es que nos hemos podido dar cuenta a tiempo de recuperar lo que ciertamente somos, recuperar ese cariño que permanece de los que te quieren de verdad y alejarte de ese mercadeo que te ofrece lo vacuo, lo estéril del simple interés.
La arruga permanecerá como cicatriz por siempre pero el cariño que recibes de los que nunca te han abandonado y el Amor de Dios que te acompaña por siempre es la mejor crema, el mejor de los bálsamos.
Y mientras reflexiono en este mediodía sigue lloviendo copiosamente en Villaluenga mientras en la Atalaya se está tan bién...
Feliz sabado.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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