Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Aunque un poco más tarde que otros días he querido traer esta reflexión diaria y que hoy bien podríamos decir: Buenas tardes.
Pero es que la obligación siempre debe estar antes de la devoción y cuando la obligación y devoción van de la mano se hace imprescindible que me quite de todo lo que tenga que hacer para coger las riendas.
Y es que ante tantos ataques como estamos recibiendo por tantos costados los cristianos, los católicos, a diario es necesario alzar la voz y decir bien alto: ¡A mí también me van a escuchar!
Y es lo que he estado realizando, escribiendo en mi caso, poniendo mi cara con nombre y apellidos y que hoy quiero compartir con todos vosotros porque pienso que mi reflexión es la que he publicado en mi blog y que ahora os la doy a conocer.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Gracias por estar siempre ahí.
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