viernes, 4 de septiembre de 2015

desde el tren. 4 de septiembre. Hoy...




Buenos días Villaluenga.

Buen día nos de Dios.

Hoy, si el Señor así lo quiere, mi corazón hablará por medio de mi voz y lo hará a su manera como debe ser.

Hoy podré por fin ofrecer a mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario lo que con tanto mimo, cuidado, he estado escribiendo de un tiempo para acá cuando de mi maltrecha garganta salgan las primeras palabras de un pregón que anunciarán las Fiestas y también recalcarán mi insondable amor hacia este bendito lugar que Dios me ha regalado en la medianía de mi vida.

Hoy empieza y termina muchos días y horas del placer de escribir lo que siento por mi pueblo.

Hoy cuando mi voz calle empezarán las Fiestas y terminará esta dulce dedicación exclusiva que ha sido el escribir "para Villaluenga".

El tiempo es finito pues en un santiamén todo lo que se prepara al detalle pasa en un abrir y cerrar de ojos.

Por eso hay que vivir intensamente cada segundo que Dios nos regala pues si todo termina demasiado pronto nuestra propia vida puede terminar en el momento que menos pensemos porque es lo que nuestro Padre Celestial tiene predestinado para nosotros.

¡Y es lo mejor que nos puede pasar! Dejar nuestras vidas en manos de Dios pues con Él siempre se está seguro.

Recibe, mi querido hermano, un fraternal abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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