Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando sientas que tu depósito se acaba, cuando ya las fuerzas no te hagan ni arrancar, cuando el solo hecho de levantarte de la silla te haga pensar y repensar: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando te sientas triste, malhumorado, apático, hastiado de todo y de todos: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando sientas las dificultades, los padecimientos, el dolor, el sufrimiento: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando des todo por perdido, cuando ya no te importe nada, cuando te importe más lo que los demás piensen que lo que pienses tú: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando solo veas negritud y tristeza mientras te rodea la belleza más absoluta y no tengas ningún motivo para no ser feliz: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando los "amigos" te abandonen y sientas ese pesar de la pérdida de la lealtad por esos "dimes y diretes" que tanto daño hacen al mismo corazón: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando los amigos de verdad, la Familia auténtica, los que te quieren y nunca se separan de ti estén donde estén: ¡Échale gasolina a tu vida!
Cuando te ocurra lo que te ocurre en el devenir propio de tu existir donde se conjugará lo bueno con lo menos bueno aunque todo será para nuestro bien: ¡Échale gasolina a tu vida!
Y la gasolina es la más barata del mundo porque no se vende en barriles sino que se entrega a brazos abiertos porque nuestra gasolina es DIOS.
Quiero dedicar mi reflexión a mis queridos Gema Rodriguez Estevez y Rafael Valverde Roldán en su día: ¡Muchas felicidades!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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