Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Amanecida fresca propio de verano tardío que es el que abre la puerta al otoño.
En mi bendito pueblo todos nos hemos acostado tarde después de celebrar el primer e intenso día con el que se abría la Feria y Fiestas de Villaluenga del Rosario en este año que nos alumbra.
Hoy una diana floreada nos ha despertado con los sones de los eternos pasadobles.
Después de ayer tantas emociones hoy pierdo mi mirada en el infinito y pienso cuantas gracias hay que darle a Dios por todo desde lo más importante hasta lo insignificante e ínfimo porque quién es quién para calificar lo que nos es importante o no.
Una decisión política que afecte a todo el globo es importante, un acuerdo macroeconómico es importante pero también lo es lo que a diario nos afecta y nadie se llega a enterar hasta algunas veces se nos pasa desapercibido a nosotros mismos.
Y es que tenemos que aprender a valorar la pequeñez porque en ella radica la esencia de la verdadera felicidad.
Y pequeñez es perder la vista en la inmensa majestuosidad mirando el horizonte, perdiéndote en la cima de tus propias vivencias, de tus propios recuerdos, de tu propia existencia.
Os invito a disfrutar de lo bueno que Dios nos regala a diario y que no tiene que ser importante para nadie aunque es imprescindible para ti.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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