Buen día nos de Dios.
Si algo he aprendido en la vida es tener las maletas preparadas.
En verdad nadie sabemos cuando tendremos que partir, que estación bajar, a que avión subir o por donde tendremos que transitar.
En verdad no sabemos a ciencia cierta donde nos acostaremos o donde habrá que levantarse. Con quién compartiremos este preciso instante o que nos deparará mañana.
¡Es lo apasionante que tiene la vida, que siempre nos sorprende!
Otro de los aprendizajes es que por cada año que pasa las maletas están más vacías y eso nos permite movernos mejor.
Con el tiempo, con la madurez, sabes que llevar lo imprescindible es lo mejor pues te das cuenta que mucho que nos ha acompañado durante años se ha convertido en accesorio y por lo tanto en prescindible.
Tan solo Dios sabe mi camino, mis momentos e instantes y Él hace que tenga mis maletas siempre hechas con poco equipaje.
Él solamente sabe de mi principio y final así como el día y hora en la que el vagón de mi vida se pare y llegue a Casa donde ya no habrá que hacer o deshacer las maletas.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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