Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
¡Qué nos cuesta transitar el camino cuando estamos cansados y agotados, cuando el cuerpo dice que hasta aquí hemos llegado, cuando ni la mente puede más porque está también vencida!
Cada subida, bajada, cada piedra encontrada se nos hace un mundo porque estamos tan cansados que no tenemos ganas ni de sentarnos.
Y si ese trecho del camino nos va faltando el alimento que nos de fuerzas ya es que todo se hace imperiosamente difícil.
En este momento de flaqueza y de angustia lo mejor es aferrarse al báculo de la oración así como el ofrecimiento de tanto pesares por quienes sufren y por los que están perdidos.
El mejor alimento posible es la Eucaristía que es el único alimento que ni se acaba ni caduca.
El mejor descanso sentarse en una roca sombría y perder la mirada en ese horizonte que Dios nos presenta para que evaluemos nuestro particular caminar.
No hay camino difícil que sea eterno si vamos de la manos del Señor y de su Madre la Santísima Virgen del Rosario.
Al final cuando hayas llegado al final del camino, a la cima de tu vida, verás con tranquila gratitud que no ha sido para tanto.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión a Hetepheres en el día de su santo y a mi querido hermano Manolo S Casas que en esta tarde-noche tiene el inmenso honor de realizar el Pregón de la Santa Cruz.
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